jueves, 8 de enero de 2015

Las junglas de Borneo

Abandonar Filipinas ha sido duro. Después de una semana rodeado de buenos amigos, tuve que dejar Coron en dirección al Borneo Malayo, con el inconveniente de haber cogido una gastrointeritis el día anterior. 

Después de coger tres aviones y algún que otro transporte terrestre por fin llegué a Kuching, capital de la región de Sarawak, donde me disponía a pasar las navidades antes de afrontar el paso a Sri Lanka.

La verdad es que Kuching no tiene mucho de especial, aunque me ha sorprendido encontrar una ciudad tranquila, limpia y acogedora, donde se aprecia la mezcla de culturas existentes en Malasia con un rosario de influencias indias, chinas, aborígenes y de la parte continental del país.

Los días aquí pasaron lentamente, pero pude disfrutar de la visita a varios parques naturales, en especial Bako, donde se pueden ver  monos narigudos y multitud de otros animales, muchos de ellos muy venenosos.










Tras el paso por Borneo y después de pasar una nochebuena bastante aburrida me dispuse a conocer la capital del país, Kuala Lumpur que, aparte de las Torres Petronas no ofrece mucho más. Después de dos días en KL, por fin llegó el momento deseado. Mi viaje a Sri Lanka comenzaba.