Salimos de Ulan Ude, nuestra última ciudad en Rusia, cuando aún es de noche. La jornada promete ser larga: hay que viajar en marshtruka –una especie de minibús- hasta Khyagt, donde debemos coger una furgoneta para cruzar la frontera, ya que no está permitido hacerlo a pie. Una vez llegamos a Mongolia, hacemos autostop para dirigirnos a Darkhan, nuestro destino en esta jornada. Normalmente, en Mongolia el autostop implica compartir gastos con el conductor. En esta ocasión, en cambio, tenemos suerte y el conductor nos hace hueco en la parte trasera del camión. Toda una experiencia.
La parada en Darkhan surge de la idea de visitar el monasterio de Armabayasgalant. Sin embargo, la ciudad nos resulta muy poco atractiva y además al despertar el día siguiente nos encontramos con las primeras nieves del año. En ese momento, la idea de hacer autostop hasta el monasterio se muestra muy poco apetecible, y alquilar un coche con conductor se sale de nuestro presupuesto, así que descartamos el monasterio y decidimos continuar el viaje hasta Ulan Bator.
La capital de Mongolia no ofrece mucho, pero sirve de punto de partida para las futuras excursiones. Aquí nos separamos: Virginie toma un avión para dirigirse al festival de las águilas, en el otro extremo del país, mientras que yo prefiero visitar el desierto de Gobi.
La capital de Mongolia no ofrece mucho, pero sirve de punto de partida para las futuras excursiones. Aquí nos separamos: Virginie toma un avión para dirigirse al festival de las águilas, en el otro extremo del país, mientras que yo prefiero visitar el desierto de Gobi.
Allí me dirijo junto a Diego y Coke, dos mexicanos que viajan acompañados de su guitarra y su ukulele. Una gran compañía que dará lugar a amenas noches en el desierto. Nuestro conductor, Tsigy, conduce una vieja furgoneta 4x4 de fabricación rusa, que nos llevará a todas partes, tanto por los caminos como por fuera de ellos.
La jornada comienza un frío día. El viaje nos lleva desde la estepa al desierto a través de paisajes nevados. Entre los descubrimientos más impactantes, Tsagaan Suvraga, un increible cañón donde la arena toma multitud de tonalidades rojizas. Esa noche, la primera en una yurta, la pasamos sin una estufa que nos caliente. Los tres viajamos con un simple saco de dormir, con lo que el frío se nos hace muy intenso.
La jornada siguiente nos dirigimos al parque nacional Yolyn Am. Paseando por sus desfiladeros observamos multitud de marmotas, caballos y yaks.
Abandonamos el parque cruzando las montañas por la senda de un río -esta furgoneta puede con todo- y nos dirigimos a las dunas de Khongoryn Els (arenas cantantes en mongol). Estas impresionantes montañas de arena, que llegan a alcanzar los 300 metros de altura, representan una pequeña extensión dentro de la inmensidad del desierto de Gobi, pero sin duda alguna son uno de sus paisajes más característicos. Su nombre proviene del peculiar sonido que emite la arena al desplazarse a lo largo de la duna.
La visita a las dunas da paso a un día de descanso en un campamento nómada. Llegamos después de la puesta de sol, ya que Tsigy en esta ocasión se pierde, pero llevando buena provisión de comida, los sacos, las guitarras y unas cervezas no nos preocupa mucho pasar la noche al raso. En el campamento observamos la vida diaria de los nómadas, dedicada al cuidado del ganado, fundamentalmente cabras y camellos. Diego y Coke participan activamente en el despiece de dos cabras, que se hace directamente sobre la arena de la estepa.
La ruta por el desierto nos ha mostrado paisajes realmente increíbles, hemos podido observar la vida de los nómadas y probar la comida típica del país, que suele estar compuesta por noodles caseros y otros tipos de pasta, además de carne de cabra y oveja en diferentes combinaciones así como el Suutei Tsai o té de leche, una bebida típica de la zona que tiene mucho de leche y muy poco de té.
Después de una semana sin parar, nos merecemos un poco de descanso y una merecida ducha caliente (estos días nos hemos estado limpiando a base de toallitas húmedas).
Los días siguientes al viaje al Gobi los dedicamos a visitar Ulan Bator, descansar y preparar el visado a China, que tardan cinco días en entregarnos. Por ello, decidimos ir a visitar el parque nacional de Terelj.
El trayecto al parque es corto pero pintoresco. Después de salir de Ulan Bator en bus, cogemos una furgoneta en la que viajamos 23 personas y dos bebés, a lo que sigue un pequeño trayecto en autostop. Rematamos la faena con una moto en la que nos tenemos que montar tres personas atravesando caminos e incluso un río (sin puente), hasta que finalmente llegamos a la yurta. Alojados de nuevo con una familia nómada, probamos panecillos caseros con crema agria y otros buenos platos de cocina local. Además, realizamos la visita al parque a caballo y el guía nos lleva a un lugar donde realizan ceremonias chamánicas.
Con esta visita termina la experiencia mongola. Hoy nos espera una largo viaje a China, donde espero quedarme aproximadamente un mes.
Más fotos en mi perfil de flickr:
https://www.flickr.com/photos/127398069@N07/sets
Un abrazo a todo el mundo!!!
Que envidia mas sana Medrano; Mucha suerte y besos!! PD.: Siempre he querido tener un Yak; Mira a ver...
ResponderEliminarYo te llevo uno cuando vuelva Felipe, no problem... Un abrazo!!!
EliminarIncreible el desierto de Gobi y todo lo demas!! Sigue disfrutando.
ResponderEliminarGracias Eva! Mongolia es un país alucinante. Seguiré disfriutando a tope, un beso.
EliminarYo tengo envidia, pero de la jodida, ni sana ni pollas, como dice Felipe, yo de la mala......jajajaja sigue disfrutando a muerte!!!!!! Kiko
ResponderEliminarYa nos veremos tu y yo en alguna isla paradisíaca de esas que te gustan tanto para que se te pase la envidia... Jajaja...Un abrazo master!!!!
EliminarMe uno a lo de kikoo!!! Insaniiiisima!!! Da mucho gustete leerte, niño! Sigue con esa sonrisa tan molona!! Cuidate gordoo y no pares!! Abrazzzo enorme y toda mi energia pa ti!! Elimeni
ResponderEliminarGracias chiquilla!!! A ver si ahorras un poquito y te vienes pacá, que no se está nada mal...besos y abrazos!!!
EliminarMuchos ánimos para seguir viajando y teniendo experiencias únicas. No pares!! y cuentanos muchas cosas en el blog, esta genial. Abrazos, Pablo Rodrigo
ResponderEliminarGracias Pablo! La verdad es que se está mucho mejor por aquí que en la oficina...jeje...un abrazo muy grande para ti y para tus chicas! Y da recuerdos a los compis!!!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTodos nos morimos de la envidia, sigue contando! Raquel
ResponderEliminarJejeje...claro! La próxima entrada en unas semanas. Besos!!!
EliminarDavid: Soy Gabi (no) Cid. Esta tarde he tomado un té con Piluca y me acordé de preguntarle por tu periplo alrededor del mundo. Por eso he localizado tu blog que seguiré asiduamente a partir de ahora con sana y emocionante envidia.
ResponderEliminarQUE TEÑAS UNHA BOA VIAXE, deseo que en gallego suena muy bien y lleva incorporado la bendición del apóstol
Hola Gabino! Que bueno tener noticias tuyas, gracias por acordarte de mi, intentaré contaros los mejores relatos que pueda. Un abrazo!!
EliminarDavide !!! Increíble la experiencia mongola!me alegro mucho de que este yendo todo tan bien y de q t estés encontrado con más aventureros como tu!!sigue retransmitiendonos todo tan bien!abrazote enorme
ResponderEliminarALBA
Gracias Alba!!! Seguiré escribiendo, la aventura continúa, ahora en China y he de decir que me está gustando mucho mas de lo que esperaba. Muchos besos!!!
EliminarOsea que es verdad...el Gobi y sus nómadas existen, no son sólo una invención de la tv para mantenernos ocupados, un viaje con el que soñar,..son una realidad que tú ahora nos transmites a nosotros, gracias por ello. Sigue viajando, sigue disfrutando y sigue aprendiendo. Los demás seguiremos sentados en la silla de una fría oficina soñando con lo que no nos atrevemos. Un besazo enorme.
ResponderEliminarÁnimo Ángela!!! Dar el paso es más fácil de lo que parece y una vez en ruta todo va como la seda....un abrazo muy fuerte!!!
EliminarDavid ! Que maravilla! Cada vez me gusta mas tu viaje, te leo y miro tus fotografías con verdadero placer. Estar dentro de esos paisajes, poder vivir de esa manera tan diferente... Es fascinante. Muchos besos. Irene
ResponderEliminarGracias Irene! Los paisajes en Mongolia son impresionantes y de momento en China también estoy viendo sitios muy interesantes, seguiré informando... Besos!!!
EliminarQué maravilla de fotos,David!!!
ResponderEliminarCuídate y a seguir disfrutando;)
Un abrazo
Gracias brother!!! A ver si te animas a venir por aquí...
EliminarAbrazos!!!